miércoles, 25 de agosto de 2010

El valor educativo del juguete tradicional

@-scholarum \María Elena Romo Limón
El juguete y el juego son vitales durante la infancia porque permiten al niño tener una imitación de la realidad, así como identificarse más con su rol femenino o masculino; es decir, reafirmar su personalidad. Además tienen como ventajas adicionales que le proporcionan diversión, le hacen imaginar y soñar, son educativos y le otorgan recuerdos innumerables que llevará durante la vida adulta.


Antes de la producción masiva, los niños de antaño recibían algún juguete artesanal durante la navidad o con motivo de su cumpleaños. Los juguetes, que poseían por ser pocos se apreciaban más, por ello se convertían en valiosos que prolongaba de alguna manera los años de inocencia y le acompañaban durante largos periodos. A los juguetes solía nombrárseles, querérseles como a una mascota, darles identidad e incluso se heredaban a los hermanos menores. Hay quienes en la edad adulta aún conservaban sus juguetes. Cuando no era así se iban desgastando poco a poco, pero cumplían con su cometido.



Las muñecas de cartón (llamadas también " Lupitas " ) o de trapo eran parte de la familia de las niñas, podía ser una sola la que poseyeran, pero esa única representaba su filiación y su entrenamiento hacia la maternidad; además contaban con trastecitos de barro, pequeños muebles de madera, etc. Era cuando jugaban " a las comiditas " . Para los niños estaban la "troca" , el trompo, el yoyo, el balero, las canicas, los cuales eran juguetes económicos y sencillos que se combinaban con el lodo, la arena, las ramitas de los patios traseros o de las calles.



En términos generales, gracias a los juguetes tradicionales los niños tenían mayor convivencia con otros niños, hacían más ejercicio, desarrollaban sus habilidades psicomotrices y estaban más en contacto con la naturaleza.



Ahora la mayoría de los juguetes son pasivos, caros, masivos y desechables. Es común ver en la habitación de los pequeños una caja llena de juguetes incompletos. Los hay aquellos que alguna vez fueron eléctricos, mecánicos o computarizados, pero ya no funcionan. Los hay de plástico con piezas articuladas, pero ahora incompletos. Lo cierto es que el niño actualmente recibe un juguete por cualquier motivo, lo disfruta mientras es novedad y luego lo bota en esa caja o directamente va a parar a la basura.



A lo anterior se añade el hecho de que algunos de los los juguetes actuales anticipan en el niño la edad adulta, le hacen dejar de manera precoz esa etapa tan maravillosa y necesaria que es la infancia. Algunas muñecas fabrican en la mente de la pequeña un arquetipo de mujer que no corresponde a la realidad. Son desproporcionadas anatómicamente y fomentan la anorexia, la vanidad y el deseo por lo superfluo.



En el caso de los varoncitos, ya muy dicho y escrito está que los juegos de video fomentan la violencia, la inactividad física, la evasión de la realidad e impiden la interacción social. Con esto no se quiere decir que el juguete moderno sea completamente futil e inútil, pero las ventajas son mínimas con relación a las desventajas.



Lo anterior me da cierto permiso para preguntarme ¿por qué los niños de ahora sólo se entretienen, pero ya no juegan? y creo que la respuesta está en el hecho de que nos hemos olvidado de la esencia del juego y el juguete. Por ello es de vital importancia rescatar el uso del juguete tradicional mexicano, que aún no se extingue en muchas partes de nuestro territorio y sigue llevando a los niños trozos invaluables de felicidad. Finalmente, los niños jugarán con lo que se les dé para tal propósito.



El juguete tradicional



Se conoce como juguete popular o tradicional a aquél que se ha utilizado por varias generaciones y sufre muy pocos cambios en los materiales y técnicas empleados para su fabricación. Otras características de este tipo de juguete es su elaboración individual, pues cada pieza es fabricada por manos artesanas, y el hecho de que algunos sean propios de ciertas regiones.



Aunque hay algunas hipótesis sobre el origen prehispánico del juguete mexicano, no se ha podido comprobar si los vestigios en miniatura que se han encontrado tenían una función lúdica o ritual. Hay algunos historiadores que han lanzado la hipótesis de que como en toda cultura los niños del México precolombino contaban con juguetes fabricados de materiales vegetales, pero que éstos se perdieron por el deterioro y por ello no contamos con pruebas.



A este respecto Rubín (1974) señala que "En cuanto a los objetos pequeños encontrados en enterramientos u ofrendas arqueológicas, casi nunca se trata de juguetes, sino de miniaturas que tuvieron fines rituales(...):"



En contra de esta hipótesis algunos cronistas consideran al patolli, juego de mesa parecido a la Oca , y a la pelota, elaborada con base en elementos vegetales, como juguetes prehispánicos; sin embargo, otras plumas autorizadas les otorgan más bien un sentido religioso.



Las evidencias más bien parecen indicar que fue durante el Virreinato cuando se importaron juguetes europeos y algunos orientales, que son los más parecidos a los actuales y que dieron idea para la manufactura de juguetes adaptados a los materiales con los que se contaba. Lo cierto es que al consolidarse el nuevo pueblo los juguetes adquirieron características particulares y se hicieron propios. Un ejemplo claro lo tenemos en las muñecas de porcelana importadas, que fueron ingeniosamente adaptadas y sustituidas por las muñecas de cartón.



El barro, la madera, las fibras vegetales, el alambre, el cartón y la hojalata son algunos materiales que se conjugan para dar vida a los juguetes. Muestran el mundo multicolor de nuestra patria y el ingenio que emerge de las manos del mexicano.



Para muestra de la variedad en la elaboración del juguete mexicano se cuenta con los que se fabrican de barro, como los que se encuentran en Tlaquepaque y Tonalá, Jalisco, y en otros lugares como Guanajuato, Dolores Hidalgo, Oaxaca y Puebla.



El juguete tradicional es además educativo, económico, colorido, variado y sencillo; tan es así que algunos de ellos pueden ser elaborados por los propios niños.



El juguete y sus materiales



Los juguetes populares son también una artesanía, de ahí que se tomen aquellos materiales que se encuentran a la mano de sus creadores, quienes mezclan junto con lo palpable, ingenio y creatividad. Algunos de los elementos que se utilizan para su elaboración son los siguientes:



Barro: El barro es tan común como la tierra, tan común como mucho de lo nuestro. De barro se fabrican los trastecitos que utilizan las niñas, los silbatos, algunas miniaturas, figuras humanas y de animales. El barro se combina con barniz y pintura y otros elementos para dar vida a estas creaciones.



Madera: Es una manera de genérica de denominar a los juguetes que se elaboran de raíces, cortezas, troncos, ramas, florescencias, semillas, etc. Es decir, que se aprovechan todas las partes del árbol. De este material encontramos las marionetas, troquitas, trompos y yoyos, pequeños muebles, instrumentos musicales, resorteras, baleros, boxeadores, sonajas, etc



Tela y cartón: Además de las típicas muñecas, la tela y el cartón son materiales que complementan otros juguetes. Por ejemplo, la tela también se emplea para elaborar marionetas. Las muñecas de estos materiales suelen estar ataviadas con trajes típicos, por lo tanto son coloridas.



Fibras: Las fibras vegetales que se utilizan son el carrizo, tule el ixtle, hojas de maíz y palma, etc. para la elaboración de juguetes. Así encontramos de este material, que en ocasiones se pinta con anilinas o con otros colorantes, canastitas, trastecitos, figuras de animales (como mulitas, palomas, etc,).



Papel: De este material encontramos muñecas, máscaras, caballitos, casitas, etc.



Otros materiales: cobre, hojalata, vidrio, papel, cera, chicle, semillas.



Clasificación de algunos juguetes



1. Juegos de mesa: Se han vuelto típicos en nuestro país la Lotería y el juego de Serpientes y Escaleras, el Coyote, las Damas Chinas, en los cuales el ingenio y el azar es el principal componente para ganar.



2. De imitación: Estos juguetes son aquellos que pretenden representar la realidad, por ejemplo para las niñas las muñecas, los trastecitos, los muebles, etc. Para los niños las trocas, los aviones, las herramientas, etc.



3. Pedagógicos: Son aquellos juguetes que desarrollan habilidades psicomotrices en el niño y le permiten aprender sobre las leyes de la física; por ejemplo, los yoyos, el trompo, el balero, la resortera, las canicas, el rehilete, etc.



4. Sonoros : Son aquellos juguetes que imitan algún instrumento musical o sirven simplemente para provocar algún sonido. Por ejemplo las matracas, las guitarritas, los tambores, los silbatos, las trompetas de latón, los silbatos, etc.



Las canicas, pequeños mundos



La canica es un objeto esférico fabricado de diferentes colores y tamaños y elaborado de diversos materiales como el cristal, el mármol, el barro, la piedra y el metal.



El juego de canicas además de proporcionar a los niños entretenimiento tiene un valor pedagógico, pues en éste intervienen las leyes de la física y el cálculo matemático, además estimulan el juego en equipo, la identidad con un grupo social, la actividad motora fina, la agudeza visual, etc.



Algunos de los juegos más populares con canicas son: " bolita y hoyo" , "cuarta" , "chili" , "chili y cuarta" , "el caldero" , etc.



Los nombres más conocidos de las canicas son: bolitas, cuiras, pichas, cuicas, ponchitos, ágatas, tréboles, agüitas, colorines, bombachas, tortugas, balas, bellúas, meteoros, tirito, pericos, billas, galácticas, zebras, pitones, mosaicos, bolindres, cacalotas, chiringüitas, flores, metras, mates, balines, vidriadas, entre otros.



El caló utilizado para el juego de canicas es: "chiras pelas" , "al tiro" , "chanfle" , "pinto mi raya" , "calacas" , "tirar de uñita" , "tirar de huesito" .



Así como las canicas podemos encontrar otros juguetes tradicionales que en su momento formaban parte de una especie de ritual con sus propisas normas, su vocabulario y sus retos; como en el caso del yo-yo y el trompo.



Basta recordar nuestra infacia para adentrarnos en el valioso mundo del juguete, traer remembranzas que tal vez quisieramos que nuestros propios hijos vivieran, pero para las cuales nosotros deberíamos de ser los promotores.

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